2 Envió mensajeros a la ciudad, a Ajab, rey de Israel,
3 para decirle: «Así habla Ben Hadad: Tu plata y tu oro son para mí.
Tus mujeres y tus hijos para ti.»
4 El rey de Israel respondió: «Como tú dices, rey mi señor, tuyo soy
yo y todo lo mío.»
5 Volvieron los mensajeros y dijeron: «Así habla Ben Hadad: Envío a
decirte: Me darás tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos.
6 Así que mañana a estas horas te enviaré mis siervos y registrarán tu
casa y las casas de tus siervos, y echarán mano a cuanto les guste, y se lo
llevarán.»
7 Convocó el rey de Israel a todos los ancianos de la tierra y les dijo:
«Reconoced y ved que éste busca hacer el mal. Me pide mis mujeres y mis
hijos a pesar de que no le he negado mi plata y mi oro.»
8 Todos los ancianos y todo el pueblo dijeron: «No le escuches, no
consientas.»
9 Dijo a los enviados de Ben Hadad: «Decid a mi señor el rey: Todo
lo que mandaste la primera vez a tu siervo, lo haré; pero esto no
puedo
hacerlo.» Se fueron los mensajeros llevando la respuesta.
10 Entonces, Ben Hadad envió a decir: «Esto me hagan los dioses y
esto me añadan si hay bastante polvo en Samaría para los puños de todo el
pueblo que me sigue.»
11 El rey de Israel respondió: «Decid: No se alabe quien se ciñe como
el que se desciñe.»
12 Cuando Ben Hadad escuchó esta palabra, estaba bebiendo con los
reyes en la tienda, y dijo a sus servidores: «Tomad posiciones.» Y tomaron
posiciones contra la ciudad.
13 Se acercó a Ajab, rey de Israel, un profeta y le dijo: «Así
habla
Yahveh: ¿Has visto esta gran multitud? Hoy la entrego en tus manos y
sabrás que yo soy Yahveh.»
14 «Ajab dijo: «¿Por medio de quién?» Respondió: «Así dice Yahveh:
Por medio de los jóvenes de los jefes de distritos.» Preguntó Ajab: «¿Quién
debe entablar el combate?» Respondió: «Tú.»
15 Pasó revista a los jóvenes de los jefes de distritos, que eran 232;
después de ellos, pasó revista a todo el pueblo, todos los israelitas, 7.000.